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No es raro que los niños tengan miedo. En cada etapa del desarrollo, los adolescentes tienden a experimentar una nueva serie de miedos y preocupaciones. Aunque estos miedos son emociones anticipadas, a veces pueden acumularse más allá de los niveles manejables. Reconocer las diferencias entre los miedos comunes y los más serios puede ayudar a los padres a aprender cómo ayudar mejor a sus hijos.
Que es el miedo
Cuando alguien está preocupado, ansioso o tenso por una situación, tiene miedo. Incluso si los niños tienen miedo de vez en cuando, se convierte en un problema cuando comienzan a interferir con las actividades diarias en el hogar, en la escuela o mientras juegan. Los niños con tristeza persistente y persistente y ansiedad extrema pueden mostrar signos de un trastorno de ansiedad.
Estrés VS Ansiedad
La ansiedad y el estrés tienen síntomas similares. El estrés suele ser un desencadenante a corto plazo que resulta de cambios positivos o negativos. Las situaciones cotidianas crean estrés, pero también ayudan a los niños a afrontar la vida para que puedan convertirse en adultos resilientes. Cuánta ansiedad conduce a demasiado estrés en cambios de comportamiento como cambios de humor o irritabilidad. La preocupación persistente y excesiva que se produce sin un factor estresante claro es la ansiedad.
Diferencias entre Ansiedad y Trastorno
Un estudio mostró que el 43% de los niños de entre seis y doce años sufren de una gran ansiedad. Una vez que llega a la mitad de la niñez, estos temores generalmente desaparecen. Sin embargo, cuando se convierten en ansiedad que interfiere con las actividades diarias, los síntomas se convierten en un problema. Evitar determinadas situaciones, lugares o personas es un síntoma principal de un trastorno de ansiedad, el problema de salud mental más común en los niños. «Trastorno de ansiedad» es un término genérico para muchas enfermedades diferentes.
Desencadenantes de la Ansiedad Infantil
Los bebés pueden experimentar ansiedad desde los seis meses de edad, generalmente debido a la ansiedad por separación, cuando no están cerca de sus cuidadores. Este miedo específico generalmente se detiene entre dos y tres años. El miedo a los insectos, animales, extraterrestres, monstruos, agua, extraños, «chicos malos» o estar solo en la oscuridad es también un miedo común para los niños. Estos temores generalmente desaparecen sin intervención cuando el niño entra en nuevas etapas de desarrollo.
Signos de Ansiedad en Niños
La respiración rápida, la sudoración, las náuseas, los temblores y los latidos del corazón son signos físicos de ansiedad en los niños. A menudo se quejan de dolores de cabeza o abdominales o se muerden las uñas. El aumento del apego es otro signo común. Los bebés pueden tener rabietas, llorar con más frecuencia, estremecerse fácilmente o tener problemas para dormir cuando se sienten ansiosos. Otros parecen enojados e irritables, o extremadamente tensos y tensos.
Síntomas del trastorno de ansiedad infantil
Los miedos que abruman a un adolescente y le impiden realizar sus actividades normales pueden ser una señal de un trastorno de ansiedad. Estos sentimientos les causan una angustia considerable. Pueden preocuparse constantemente por la seguridad de sus familias, desarrollar un miedo intenso al fracaso, expresar pensamientos obsesivos, participar en actos compulsivos y necesitar consuelo constante.
Tipos de trastornos de ansiedad infantil
El trastorno de ansiedad es un grupo de diferentes enfermedades mentales que afectan a uno de cada ocho niños. Aunque hay muchos tipos, son los más comunes los siguientes:
- Trastorno de ansiedad generalizada: la ansiedad excesiva provoca dificultad para dormir, falta de concentración y fatiga
- Trastorno de ansiedad por separación: adecuado para niños de uno a tres años, pero se convierte en un problema a medida que envejecemos
- Mutismo selectivo: negarse a hablar en determinadas situaciones sociales
- Fobia específica: miedo o ansiedad por una determinada situación u objeto.
- Trastorno de pánico: ataques de pánico recurrentes con síntomas físicos como asfixia, náuseas, mareos, dolor en el pecho o miedo a morir.
- Trastorno de ansiedad social: miedo a la interacción con los compañeros, la escuela y las situaciones sociales
Causas del trastorno de ansiedad infantil
Los estudios demuestran que los trastornos de ansiedad tienen factores tanto genéticos como ambientales. Al igual que el color de los ojos y el cabello, los niños pueden heredar el miedo de sus padres. La serotonina y la dopamina son sustancias químicas especiales del cerebro que ayudan a equilibrar el estado de ánimo. Cuando estos valores fallan, los adolescentes pueden experimentar diversos grados de ansiedad. Los factores ambientales como el divorcio, la enfermedad o la muerte de un familiar también pueden generar ansiedad. Además, un padre estresado o perfeccionista puede transmitir inadvertidamente sus miedos a su hijo sin darse cuenta.
Prevención de los trastornos de ansiedad
Los niños recurren a los padres para que los guíen en situaciones difíciles. Cuando los padres se toman las cosas con calma, sus hijos aprenden a hacer lo mismo. Por lo general, calmarse constantemente no es eficaz para prevenir la ansiedad. Aprender a calmarse y resolver sus problemas puede ayudar a los niños a evitar la ansiedad en situaciones desconocidas. En lugar de permitirles que eviten los objetos o situaciones que temen, es mejor alentarlos a lidiar con sus factores desencadenantes, lo que ayudará a generar confianza.
Diagnóstico y tratamiento profesional
Los padres que sospechen que su hijo sufre de ansiedad severa o cualquier otro trastorno mental deben obtener una evaluación médica o psicológica para ellos. Si el psiquiatra sospecha de un trastorno de ansiedad durante el diagnóstico, puede prescribir uno o más tratamientos.
- Terapia cognitiva: “Terapia del habla”, un tratamiento a corto plazo, imparte habilidades y técnicas cuando se enfrenta a una situación estresante o difícil.
- Medicamentos: trata los trastornos de ansiedad de manera eficaz y puede ser a corto o largo plazo según el resultado y la gravedad.
Sin tratamiento, los jóvenes con trastornos de ansiedad tienen un mayor riesgo de tener un bajo rendimiento académico y dificultades para desarrollar habilidades sociales. También son más propensos al abuso de drogas y alcohol.